martes, junio 26, 2007

Sentido

Y si el pasto fuese siempre verde,
y si las golondrinas no dejasen de cantar,
y si las olas del mar fueran siempre calmas
en vez de romper con pasión contra la playa.
Y si todos nuestros anhelos fueran convertidos
en veracidades indiscutibles,
y el aroma a café matutino reinara
omnipresente en nuestra existencia.
¿te contentarías?

Y si la nostalgia fuera cosa pasada,
y el dolor un demonio extinto.
Si el dinero fuera igual para todos
y los hombres aprendieran a jerarquizarse
basados en su conocimiento.
Y si los problemas no nos achacaran más
y las moscas y la pobreza no existieran.
¿la plenitud reinaría?

Y qué si la felicidad se encontrase
exclusivamente en la alegría.
Y qué si el cariño fuera soberano absoluto,
y qué si tu vida y la mía tuvieran sentido
en hermosas regalías.
¿me daría cuenta?
¿te darías cuenta?

Y si en vez de tu capacidad de asombro,
explotaras tu capacidad filosófica,
y si en vez de seguir donando pesos en tus compras,
poseyeras intelecto de científico inexpugnable.
Y si en vez de lo amargo, lo dulce,
y en vez de lo pesado, lo ligero.
Y si en vez de tu sudor, miel,
y en vez de una cruz, un trono.
¿no sería todo mejor?

¿Desearías más una vida simple o una compleja?
¿un puzzle irresoluble o uno de cinco piezas?
¿un chuzo o un cheque en tu mano?

Por mí, prefiero llorar,
prefiero la capacidad constituyente de sufrir,
el honor de entregar,
la inquietud por la muerte,
la sensación fúnebre de la desesperación.
La amabilidad de un beso con olor a miseria,
prefiero eternamente la sonrisa de cada niño.
Desde siempre y hasta siempre,
Dios mediante igual que tú, prefiero vivir.

Fiadmo

domingo, junio 24, 2007

Catarsis


Y en el recuerdo de tu sello,
de tu fragancia.
En el anhelo pretendiente
de dibujar tu figura en la lluvia,
de reír con tu rostro,
de excusarnos de la vida para

protagonizar la verdadera existencia.

Sólo te esperaba, y era feliz
por reconocer tu esencia.
Y el viento me traía tu sonido,
y la mar se embravaba
en tu ausencia presente.
Las flores pintaban amaneceres sin soles
y atardeceres sin estrellas,
y todo fue sublime.


Y sólo porque la narcisa capacidad de razonar
ha logrado difuminar el sentir
es que la disyuntiva polar se presenta intacta.
Porque el caos se apodera de lo impensado,
porque la raíz de de la conexión
se ve afecta a perturbaciones absurdas.


Minuto por minuto me consumo,
abrevio irrenunciablemente mi presencia,
y la maravilla que corría lozana en mis brazos
me aleja de la felicidad.
No conocía la verdadera derrota,
el dolor no había punzado mi ser.
Y ahora la noche se presenta.


Era todo, era mi todo, es mi todo…
Qué hace un hombre sin todo,
qué hace un hombre en la nada,
por qué pelear,
a qué resistirse,
cómo siquiera respirar.
Aprender a vivir sin tesoros,
aprender a no existir,
ni los sueños alojarán mi esperanza.

Fiadmo