domingo, junio 24, 2007

Catarsis


Y en el recuerdo de tu sello,
de tu fragancia.
En el anhelo pretendiente
de dibujar tu figura en la lluvia,
de reír con tu rostro,
de excusarnos de la vida para

protagonizar la verdadera existencia.

Sólo te esperaba, y era feliz
por reconocer tu esencia.
Y el viento me traía tu sonido,
y la mar se embravaba
en tu ausencia presente.
Las flores pintaban amaneceres sin soles
y atardeceres sin estrellas,
y todo fue sublime.


Y sólo porque la narcisa capacidad de razonar
ha logrado difuminar el sentir
es que la disyuntiva polar se presenta intacta.
Porque el caos se apodera de lo impensado,
porque la raíz de de la conexión
se ve afecta a perturbaciones absurdas.


Minuto por minuto me consumo,
abrevio irrenunciablemente mi presencia,
y la maravilla que corría lozana en mis brazos
me aleja de la felicidad.
No conocía la verdadera derrota,
el dolor no había punzado mi ser.
Y ahora la noche se presenta.


Era todo, era mi todo, es mi todo…
Qué hace un hombre sin todo,
qué hace un hombre en la nada,
por qué pelear,
a qué resistirse,
cómo siquiera respirar.
Aprender a vivir sin tesoros,
aprender a no existir,
ni los sueños alojarán mi esperanza.

Fiadmo